La Gran Familia

Acudieron a la llamada visitantes de todas partes. Dispuestos en una gran fila, parecían un río a punto de desbordarse. En el jardín se dispuso una gran carpa para acogerlos a todos. Aquello parecía un circo de locos.

Ella los miraba feliz: ¡cuánta alegría junta! ¡Qué hermosa visión la de aquel espectáculo donde todos jugaban a conocerse! Ella, que siempre estuvo sola, quería averiguar la algarabía de pertenecer a una prole numerosa. Y se le ocurrió poner un anuncio: “Se buscan almas solitarias para formar una gran familia”. Los vecinos del pueblo, que siempre la habían tratado como a una extraña, se mofaron de tan linda ocurrencia, y ella, desprendida, los invitó a su insólita fiesta. Como era de esperar, rehusaron con desprecio.

¡Qué perfecta anfitriona! En su papel de cabeza de familia repartía sonrisas allí donde posaba la mirada, y en su boca siempre había dispuesta una palabra amable, una frase de aliento, un gesto afectuoso, como el que una madre prodiga a sus retoños.

Nunca pensó que habría tantos corazones desamparados, y aunque al principio se sintió abrumada por semejante camada, no pudo rechazar a nadie y abrió las puertas de par en par para acoger, incluso, a los más descastados.

El día pasó veloz entre risas, un sol radiante, música, bailes… todos se sintieron incluidos, hermanados, quizás, por sus corazones solitarios. No hubo riñas, ni discusiones, ni protestas. ¿Será verdad que la soledad nos junta? Quizás nos enseña a ser más tolerantes, quizás nos hace más humanos, quizás…

Con la noche vinieron las despedidas. Cada uno debía partir hacia su rincón privado. Ella los despidió como la madre se despide de un hijo al que sabe que no verá en mucho tiempo: sin lágrimas, con semblante sereno y un ademán risueño; un “hasta pronto” sigiloso cargado de amor y ternura.

Y se fue a dormir pensando en el bullicio de aquella dispar parentela, protegida, por primera vez en su vida, de ese halo de seguridad que da el pertenecer a una familia. Al menos eso creía… “Tengo que acordarme para el próximo encuentro: Busco almas solitarias para formar una gran familia”.

 
 

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