CANTANDO BAJO LA LLUVIA. LA ALEGRÍA HECHA PELÍCULA

Si tuviéramos que transmitir un sentimiento de melancolía y tristeza en una escena, inmediatamente pensaríamos en la lluvia como el elemento dramático más apropiado para hacerlo. Sin embargo, en esta película Gene Kelly la utiliza para lo contrario: transmitir felicidad. Singin’ in the Rain: Comienza la música, comienza el baile. Abre y cierra el paraguas a un ritmo cada vez más trepidante. Se quita y se pone el sombrero dejando el rostro sonriente a merced del agua, que cae a borbotones por las cañerías. Chapotea en los charcos con un frenesí infantil que nos contagia. A estas alturas los pies se nos mueven solos con el golpeteo del claqué en una danza mágica que nos hipnotiza. La música lo llena todo de optimismo, a pesar de ser de noche y llover “a cántaros”. Y por supuesto, la sonrisa de Gene Kelly que, con su baile juguetón, nos trasmite alegría y felicidad. Sí, decididamente para mí es una de las películas más optimistas de la historia del cine. Es ponerme a verla y la sonrisa acude en tropel y los pies me piden marcha.

Estrenada en 1952, está considerada una obra maestra del género musical. Aunque va mucho más allá. Ilustra uno de los momentos más importantes de la historia del séptimo arte: el paso del cine mudo al sonoro. Con ironía y mucha comedia, esta película, dirigida por Stanley Donen y Gene Kelly, nos relata las dificultades por las que pasaron los estudios y los artistas ante este cambio. Nos habla del cine dentro del cine: el metacine.

EL ARGUMENTO

Don Lockwood (Gene Kelly)) es un famoso galán del cine mudo que se forja su carrera desde sus orígenes humildes, junto a su íntimo amigo Cosmo Brown (Donald O’Connor), a base de esfuerzo y dignidad, siempre dignidad. Forma pareja con Lina Lamont (Jean Hagen), la diva cinematográfica del momento, ahora convertidos en una de las parejas del star-system más famosas y aclamadas. En plena transición profesional, aparece Kathy Shelden (Debbie Reynolds), bailarina de gran talento aún por descubrir, que conoce por casualidad a Lockwood, surgiendo entre ambos una atracción que crecerá al ritmo de bailes y canciones.

Corre el año 1927 y el rodaje de ‘El cantor de jazz’ provoca una revolución, ya que se trata de la primera película sonora. De repente, el cine mudo y sus estrellas se tienen que enfrentar a su propia voz… Ha nacido el cine sonoro.

Sabías que... El sonido antes del cine sonoro

Antes del cine sonoro ya existía el sonido en el cine. Los hermanos Lumiére, en 1897, contrataron un cuarteto de saxofones para que acompañase a sus sesiones de cinematógrafo en su local de París. También hubo grandes compositores, como Saint-Saéns, que realizaron partituras para acompañar la proyección de una película. Así, Músicos y compositores tenían en el cine mudo una fuente de ingresos. Pero no era solo la música, también los ruidos y demás acompañamientos tenían cabida en el cine mudo. Algunos exhibidores disponían de máquinas especiales para producir sonidos, tempestades o trinar de pájaros. Ahora bien, este sistema solo era posible en las grandes salas de las ciudades y para un público pudiente. Todos los instrumentos eran válidos para hacer música en el cinematógrafo, aunque el piano (y la pianola) eran los más comunes. (Ver la entrada: «Las salas de cine: la entrada aun mundo mágico»)

DEL CINE MUDO AL CINE SONORO

Este es el trasfondo que une a todos y cada uno de los números y coreografías, el cambio trascendental que sufre el cine a finales de los años 20.  ‘Cantando bajo la lluvia’ cuenta con mucho humor esa transición que cambiaría para siempre el modo de ver películas. Y lo hace desde la autocrítica, parodiando y poniendo en ridículo la torpeza de los estudios cinematográficos más fuertes de Hollywood, que no sabían cómo utilizar las nuevas técnicas sonoras.

El mayor problema era conseguir la sincronización del sonido con la imagen. Hecho que se produjo con la que se considera la primera película sonora de la historia del cine: El cantor de jazz (1927). Cuando el cine sonoro demostró su rentabilidad, las películas mudas, a pesar de su arte, quedaron condenadas a pasar a la historia. En 1930 el sonoro era un hecho. El cine mudo, después de 35 años, había sido vencido.

Cartel película El Cantor de Jazz de 1927
El Cantor de Jazz- 1927

Muchos fueron los retos que se tuvieron que superar en los primeros tiempos del cine sonoro:

  • Al principio se perdió fluidez y ritmo. Las cámaras hacían mucho ruido, por lo que volvieron a la inmovilidad de los primeros tiempos del cine. Las filmaciones debían hacerse en riguroso silencio. Uno de los grandes problemas fue la insonorización de los platós.
  • Los estudios tuvieron que equiparse con nueva tecnología acústica y las salas de exhibición tuvieron que añadir amplificadores sonoros y altavoces.
  • Los micrófonos lo captaban todo y al mismo tiempo no se entendían correctamente las voces de los actores. Era necesario que estos hablasen cerca de los micrófonos, por lo que se escondieron en los floreros, tras las cortinas o en las propias pelucas. En muchos filmes de aquella época se puede apreciar el envaramiento de los actores y su extraña cercanía, hablando con y hacia los objetos más diversos. La libertad llegó con la invención de la “jirafa”: el micrófono se coloca en lo alto de la escena y se evitan así las cámaras insonorizadas. Todo esto está genialmente parodiado en ‘Cantando bajo la lluvia’, en una de las escenas más cómicas: cuando se está rodando El caballero duelista (ver) y no hay forma de escuchar con claridad la voz de la actriz, por lo que el micrófono se coloca en diversos lugares sin ningún éxito. O esa otra escena donde vemos la descoordinación que se produce entre voces y gestos de los actores en la noche del estreno de esa primera película hablada para los estudios.
 
  • Los productores anunciaban sus películas “cien por cien habladas”, por lo que las voces y los ruidos esclavizaron a la imagen. La anterior libertad del montaje de planos quedó subordinada a la longitud de los diálogos y las interminables canciones. En lugar de cine, aquello era “teatro filmado”.
  • Actores y actrices entraron en pánico, ya que temieron que sus voces no fueran adecuadas a los cambios. Tuvieron que aprender a vocalizar correctamente, y fueron obligados a realizar “pruebas de voz”. Muchas grandes estrellas cayeron en el olvido de forma cruel, por no tener la voz que sus seguidores esperaban. Un inconveniente que resultó insalvable para muchos, como ocurrió con John Gilbert, Buster Keaton, Mary Pickford o Gloria Swanson. En esta película, los actores Don Lockwood (Gene Kelly) y Lina Lamont (Jean Hagen) son sometidos a duras clases de dicción, nunca superadas por ella, quien con  su voz estridente y su mala declamación no logra pronunciar nada correctamente. El tema de la educación de la voz y la pronunciación culmina con un divertido número musical interpretado por Kelly y O’Connor: ‘Moses Suposes
Cantando bajo la lluvia- Escena 'Moses suposes' con Gene Kelly y Donald O'Connor bailando
Gene Kelly y Donald O'Connor bailando 'Moses suposes'
  • El idioma supuso un serio obstáculo en la difusión universal del cine sonoro. Trató de resolverse con el rodaje de diferentes versiones de cada película en varios idiomas. Más tarde se difundió la traducción mediante subtítulos y, en algunos países, con el doblaje.
  • Con el cine sonoro muchos planos se eliminaron, ya que las abundantes imágenes explicativas y metafóricas del lenguaje visual mudo fueron sustituidas por el sonido en off.
  • La forma de actuar también se modificó. Los gestos exagerados, las sobreactuaciones, el protagonismo de los ojos, que “hablaban” con su mirada…Aquello ya no agradaba al público. Las palabras, la declamación de la voz y los ruidos de acompañamiento, los sustituyeron.
  • Con el cine sonoro se descubrió un nuevo elemento dramático, muy importante y desconocido por el cine mudo, precisamente por serlo: el silencio. Y junto a él, también descubrieron el dramatismo del suspiro, el susurro, el gemido.

Sabías que... El sonido en conserva

Añorando el complejo y rico lenguaje visual del cine mudo, algunos artistas declararon su hostilidad hacia lo que ellos llamaban el “sonido en conserva”. Chaplin declaró que se había asesinado al arte más antiguo del mundo, el de la pantomima, y afirmó que jamás haría una película sonora y que si la hacía, interpretaría el papel de un sordomudo.

René Clair afirmó: “El cine hablado no es lo que nos asusta, sino el deplorable uso que nuestros industriales van a hacer de él”.

Los maestros del cine soviético publicaron un manifiesto en 1928 señalando el peligro de que la palabra y el diálogo, de duración concreta, esclavizasen la libertad creadora del montaje.

El alemán Rudolf Arnheim declaró que el cine sonoro, en color y en relieve es, simplemente, el teatro.

EL GÉNERO MUSICAL

El nacimiento del cine sonoro americano coincidió con el desastroso crack económico de 1929. Esto generó en los ciudadanos la necesidad de evasión y diversión. Es por ello que la comedia americana se convirtió en el género triunfante del cine sonoro de Hollywood. Pero la transformación que supuso el sonido hizo que los grandes cómicos del cine mudo abandonaran la pantalla o transformaran su estilo (como Chaplin). Y llegaron otros, como los hermanos Marx, con su disparatada comicidad casi surrealista; las comedias de Lubitsch (Ninotchka), Howard Hawks (La fiera de mi niña) o Capra (Vive como quieras) entre otros.

Hermanos Marx- Groucho-Harpo-Chico y Zeppo
Hermanos Marx
Película La Fiera de mi niña de Howard Hawks con Katharine Hepburn, y Cary Grant
La Fiera de mi niña
Ninotchka de Lubitsch con Greta Garbo y Melvyn Douglas
Ninotchka
Película Vive como quieras- Frank Capra- con James Stewart y Jean Arthur
Vive como quieras

La principal novedad fue la comedia musical. Aunque los argumentos eran siempre los mismos (jóvenes emprendedores que llegan a Broadway para triunfar con su espectáculo), el despliegue de bailarines en maravillosas coreografías, con sus ritmos sincronizados y vistosos decorados, y unas músicas alegres y revitalizantes, encandilaron a un público ávido de distracción.

En ‘Cantando bajo la lluvia’ también aluden a la necesidad de modernizarse cuando se dan cuenta de que la película muda recién estrenada, El caballero duelista, ha quedado desfasada. La amistad que hay entre los tres protagonistas logra que dicha película se transforme, a marchas forzadas, en un musical. Y este presenta todos los estereotipos del cine musical en boga. Hasta añaden la escena del joven que llega a Broadway para triunfar, con el magnífico número musical de Gene Kelly y Cyd Charisse (una de las bailarinas más famosas del momento) en ‘Broadway Melody’.

Sabías que... Charles Chaplin

Charles Chaplin negó, al principio, la validez artística del cine sonoro. El lenguaje visual del cine mudo, con sus claroscuros, sus metáforas y la poética que destilaba, supera en esos momentos al lenguaje del nuevo cine. Evitó hablar en dos películas ya sonoras: Luces de la ciudad (1931) y Tiempos modernos (1936), que no eran en realidad sino películas mudas con músicas y efectos ingeniosamente sincronizados.

Todo hacía pensar que Chaplin, el gran mimo, sería una más de aquellas estrellas que no supieron adaptarse a la llegada del cine sonoro. Sin embargo, esto cambió con El gran dictador (1941), en la que Chaplin habló por primera vez en la pantalla en una memorable secuencia final, con un discurso contra los fascismos. Y volvió a triunfar.

LOS PROTAGONISTAS

Fue dirigida por el mismo Gene Kelly y Stanley Donen, quienes intentaron reflejar la locura de los años 20 en Estados Unidos, con una historia que utilizaba lo mejor del repertorio de los musicales de la Metro Goldwing Mayer.

Gene Kelly - Cantando bajo la lluvia
Gene Kelly

La escena que da nombre a la película no constaba en el guion original, fue añadida más tarde para dar sentido al título de la película. En ella, Gene Kelly (Don Lockwood en la película) aparece cantando y bailando bajo la lluvia de manera magistral. Es una de las escenas más memorables de la historia del cine. Convertida en un icono, está considerada como la mayor expresión de enamoramiento, felicidad y optimismo de todos los tiempos.

El día de la grabación, Kelly llegó al estudio con 40º de fiebre y, según dicen, estaba tan débil que hizo falta que dos bailarinas reprodujeran sus pasos, a unos metros y fuera de cámara, para que el sonido de sus pies en los charcos fuera el adecuado.

Donald O'Connor- Cantando bajo la lluvia
Donal O'Connor

Donal O’Connor, en el papel de Cosmo Brown, es un actor-bailarín de corte acrobático, igual que Gene Kelly. Pero también es un humorista que aporta un contrapunto cómico en el que muestra todo un repertorio de gestos y verborrea que culminan en dos números musicales magistrales: ‘Moses suposes’ y ’Make ’em laugh’, después de cuyo rodaje necesitó tres días de reposo en cama para recuperarse del esfuerzo.

Al evocar su carrera, O’Connor comentaba: «Nací y fui educado para entretener a los demás. Siempre me he sentido rodeado de risas, lágrimas y aplausos». ‘Make ‘em Laugh‘ refleja fielmente esa filosofía.

 
Jean Hagen - Cantando bajo la lluvia
Jean Hagen

Jean Hagen fue nominada al Óscar por su papel de Lina Lamont. Un personaje antipático y divertido que representa el precipitado final de muchos artistas con la llegada del cine sonoro. La paradoja de esta película es que era Jean Hagen la que en realidad cantaba y doblaba a Debbie Reynolds (ya que su voz no llegaba a las notas altas), cuando en la ficción es esta quien dobla a Lina Lamont por su voz chillona y estridente

Debbie Reynolds

Debbie Reynolds, que interpreta a Kathy Selden, nunca había bailado antes de rodar esta película. Es por ello que el número de ‘Good Morning’ tuvo que ser rodado hasta ocho veces en una misma sesión. Ante las quejas de Gene Kelly, el mismísimo Fred Astaire (otros dicen que fue el mismo Kelly) la enseñó a bailar durante el rodaje, hasta que aprendió.

Mención especial es la intervención de la gran bailarina Cyd Charisse, que aparece junto a Gene Kelly en el número musical Broadway Melody’. Estas escenas de baile son excepcionales. Representan el mundo de la MGM: todo vale para conseguir el éxito, supeditado al poder y al dinero. En estas escenas Charisse interpreta a una atractiva mujer que intenta seducir con su danza a Kelly. En la edición final de la película se recortaron algunos segundos de estas danzas por considerarlas de alto contenido erótico para la época. Además, las secuencias fueron cuidadosamente coreografiadas para ocultar el hecho de que Charisse era más alta que Kelly.

LA MAGIA DE UNOS PASOS DE BAILE

Gene Kelly era un perfeccionista. Todo debía estar muy ensayado y estudiado, y con frecuencia las sesiones finalizaban con los pies a punto de sangrar. Es por ello que las coreografías fluyen de tal manera, que a nuestros ojos los pasos de baile nos parecen de una sencillez increíble. He ahí lo magistral de Kelly: hacer que lo difícil parezca fácil.

Y con esos pasos de baile se nos dispara la adrenalina. Un chute de optimismo que proviene de sus magníficos números musicales, una auténtica gozada visual y sonora. Ya desde la primera secuencia atisbamos el tono irónico que marcará el resto de la película: mientras Don Lockwood nos cuenta sus gloriosos comienzos, nosotros vemos en flashback que ocurre lo contrario de lo que está contando, todo ello narrado a través de extraordinarias piezas de baile.

Canciones comoMoses Suposes, Make ‘em Laugh, Good Morning o la propiaSingin’ in the Rain, siguen inspirándonos la alegría de vivir, como si el tiempo no pasara por ellas. Una dosis de vitalidad que anula cualquier pesimismo y nos hace creer en los sueños. Una película llena de romanticismo que nos impregna de magia con el golpeteo contagioso del claqué. 

Sabías que... The Artist

Años más tarde, en 2011, el francés Michel Hazanavicius trató también el tema del paso del cine mudo al sonoro en su película ‘The Artist’, rodada al estilo del cine mudo y en blanco y negro. Con ella consiguió varios premios, entre ellos cinco Óscar, tres Globos de Oro y el Goya a la mejor película europea. Una mezcla de drama y comedia romántica.

«Estoy cantando bajo la lluvia, simplemente cantando bajo la lluvia. Qué sensación tan gloriosa, soy feliz de nuevo. Me río de las nubes, tan oscuras ahí arriba, porque el sol está en mi corazón y yo estoy listo para el amor»

—Gene Kelly, Cantando bajo la lluvia—

«El tiempo es el mejor autor, siempre encuentra el final perfecto»

—Charles Chaplin—

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